viernes, 11 de abril de 2014

Apúntate a la Keysimanía







KEYSIMANIA

Poco a poco oiremos hablar de la “Keysimania” que en principio no nos dice nada y como mucho llama nuestro interés por conocer semejante vocablo que los puristas no admitirían por su artificialidad; pero al margen de los dogmas, lo cierto es que la palabra esconde unas formas de vida de entender y de enfrentarse a los problemas cotidianos que cada uno tiene en su devenir diario. Hablar de la “Keisymanía” es  definir una manera de entender la disciplina, el orden y la disposición al sacrificio para conseguir  y alcanzar unos  objetivos que nos motiven para seguir adelante con nuestras ideas y nuestro pensamiento.
Hablar del Keysi es definir un estilo de enfocar las enseñanzas de las disciplinas de defensa que nos ayuden a vencer situaciones de alto riesgo o que simplemente nos den las pautas para persuadir a nuestro contrincante de la inutilidad de iniciar una confrontación si no se tienen las fuerzas necesarias para  conseguirlo con cierto éxito, aunque sea meramente lingüístico.
Si  no sabes lo que es el Keysi , seguirás viviendo igual a  lo largo de todo tu vida, siempre que no tengas ningún contratiempo en la calle ni te veas sometido por casualidad o por avatares del destino a situaciones de indefensión, donde la marginación personal  y la propia autoestima quedan arrastradas por el suelo, en los mejores casos; cuando más, el sujeto se ve sometido a una fuerte paliza que merma sus sentidos y  casi elimina su actividad física, su yo existencial y rebaja su autoestima al grado de  paria social.
Por qué ocurren estas situaciones, que  a veces, sin provocarlas y sin participar en una reyerta callejera nos vemos envueltos en ellas,  perdiendo  además de nuestra compostura habitual y nuestra dignidad personal, en el mejor de los casos; pues lo habitual es que suframos una importante agresión que nos genere  algunas mermas físicas o psíquicas y es que a  estas situaciones nos vemos expuesto sin pensarlo y  sin buscarlo, y, lo que es peor: no estamos preparados para afrontarlas.
La pregunta es: ¿qué hacer en estas circunstancias? ,  ¿cómo defendernos de estas agresiones? o simplemente ¿cómo podemos neutralizarlas para poder salir de ellas? Estas  preguntas u otras parecidas nos hacemos siempre que nos hemos visto sometidos a una fuerte situación de estrés con  cierto riesgo para nuestro físico. La repuesta  a esta situación es parecida a lo que me planteaba un buen amigo, cuando me decía que él nunca baila en las reuniones sociales o en las salas de baila, por lo que evita esta situación, pues simplemente no sabe bailar y muchas veces le gustaría aprender y ser un docto en la materia para poder desarrollas sus habilidades y disfrutar de una buena compañía. En la lucha, y, muy especialmente el las reyertas callejeras, el  saber defenderse o simplemente el saber esquivar los posibles golpes de nuestros agresores pueden ayudarnos a salvar nuestra vida o a solventar simplemente de forma expeditiva una situación de alto riesgo que sin esa preparación nos podría originar importantes secuelas físicas o psíquicas.
Por eso a partir de ahora, oirás hablar de la “Keysimania”  o la disciplina que nos ayude a salvarnos de situaciones críticas o simplemente a saborear a través de un método y una disciplina a  desarrollar nuestras cualidades como individuos que nos preparan a controlarnos   y a saber comportarnos en todo momento, incluso en la lucha como último recurso.
Como  describe de forma muy acertada el escritor Edmund Burke en el siguiente proverbio:
“Para que triunfe el mal, basta con que los hombres  de bien no hagan nada” y es que con el lamento y el temor sólo se consigue abrir más la heridas y no sanarlas. Si vienes a nuestro blogs de “Keysimania” te enseñaremos a saber buscar lo mejor de ti, para que sólo des lo mejor que tienes a los demás  con naturalidad  y racionalidad, haciendo útil el axioma de “duti an abuti”, usar pero no abusar.
Bienvenido al conocimiento del arte de luchar sin resentimiento con la caballerosidad que te da el conocimiento y el dominio de la lucha. Cultivemos el desarrollo de nuestro cuerpo sin olvidar cultivar nuestra mente, pues incluso hasta para luchar  hay que se un caballero y tener ciertas dosis de humildad y humanidad que  nos distinguirán de aquéllos que no tienen más regla que la violencia como  baluarte.




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